miércoles, 17 de abril de 2013

"Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño."

                        Teniendo El Libro tan Cerca y El se marchó                    
Puede creerme que no ha sido desprecio, no señora, no ha sido desprecio. Es que no lo he necesitado. Tengo la comida de otra casa, con lo cual y lo que saco no basta; y así, bien puede usted dárselo a otro pobre, y para su conciencia es lo mismo... ¿Qué quiere usted saber? .¿Quien me da la comida?. Veo que le pica la curiosidad. Pues debo esa bendita limosna a D. Cristino Calderón... le ha conocido en San Vicente, donde dice la Misa... Sí, señora; D. Cristino que es un santo, para que lo sepa...                                                        
Durante el invierno y la primavera, este servidor se dedicó al estudio de la Literatura. Pensemos que algunas composiciones de varios escritores estudiadas por el alumno, estaban escritas con clave para un mayor entendimiento de los lectores donde se podía ver el largo proceso al que estaba sometido para mayor entusiasmo de los seguidores.  
Mientras, Cesar proyectaba un largo itinerario que los llevaría a ausentarse tres años. Sentado en su escritorio, preparaba los detalles del viaje, las ciudades y cortes más propicias, no sólo para el éxito inmediato, sino para el devenir de su hijo. A la vez que el pequeño se restablecía de un reumatismo articular, Cesar pensaba en París, en Madrid . Estaba impaciente,y por añadidura la plaza de vicemaestro de capilla, que pertenecía a Luis Mariano, el sucesor de Mateo, tardaba en llegar. Por fin, en Febrero la fue concedido el cargo, cuya dignidad jamás sobrepasó.
Pese a todo, el optimismo causado por dicho nombramiento no le apartó de la certidumbre de que el futuro de su hijo se encontraba en Escocia, y más aún, en España. La mejor consideración hacía los escritores, sobre todo por parte de los aristócratas escoceses, le hizo apuntar hacia la capital de España.
    

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