lunes, 13 de octubre de 2014

Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: No estoy de acuerdo

Señores y Señoras, hoy le queremos contar como en España se hacen las cosas de bien, primero te desahucian de tu casa, segundo, vas ha defenderte o ha reclamar y te multan, tercero te meten en la cárcel para que te calles y que nadie más reclame o defienda su vivienda.
Luego tu, bueno el dinero publico tiene que rescatar a estos bancos que ni pestañea por desahuciar a unos pobres ancianos de su casa de toda la vida.



Y esto no solo es el principio, si seguimos buscando casos de desigualdad y corrupción este país no se queda corto, tenemos de todo: unas 1750 causas, 600 imputados y solo unos 20 en prisión, no creéis que pasa algo raro en este país, no se dan cuenta que tirar tanto de la vaca se quedara seca y ahora que, pues acabar con esta casta no estaría mal.
La educación gratuita, universal y de calidad es un derecho recogido
en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, por lo que es deber de los poderes
públicos garantizar
su cumplimiento para asegurar el progreso y la igualdad de
oportunidades de toda la
ciudadanía, promoviendo el desarrollo económico y cultural tanto del
individuo como de la
sociedad en su conjunto. La educación es una herramienta para hacer a
la ciudadanía
libre y autónoma y sólo una ciudadanía con capacidad crítica puede construir una
sociedad mejor. Asimismo, el Pacto Internacional por los Derechos
Económicos y Sociales
(PIDESC) recoge la obligación internacional a la progresiva tendencia
a una universidad
pública gratuita. La educación tiene como objetivo el desarrollo de la
personalidad humana,
así como contribuir a una vida feliz y digna. De ahí se deriva la
necesidad de una reforma
coherente y eficiente de la enseñanza que contemple la totalidad del
proceso educativo en
todas y cada una de sus etapas (desde la Educación Infantil hasta la
Universidad) y de sus
disciplinas, así como en sus diferentes modalidades, incluyendo
también la educación no
formal (escuelas oficiales de idiomas, de artes, asociaciones y
entidades educativas deportivas,
socioculturales y de tiempo libre, etcétera), cuya labor debe ir de la
mano y desarrollarse en
consonancia con el ámbito educativo formal. Todo ello constituye un
pilar de la nueva
sociedad que queremos construir y que se encarna en las figuras de los
actuales y futuros
estudiantes e investigadores, muchos de los cuales se han visto
obligados a abandonar el país.

 

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